El piloto suizo Yves Rossy, conocido como FusionMan, ha conseguido finalmente ser el primer hombre en hecharse alas y ponerse a volar. Esto ha sido posible gracias a unas alas construidas en fibra de carbono propulsadas mediante motores a reacción.
Su primer vuelo con éxito data del 24 de junio del 2004. Recientemente el 14 de mayo ha realizado una exhibición para la prensa, se desprendió desde una avioneta a una altura de unos 2′3 km y voló durante 6 minutos entre el pueblo de Bex y el lago Ginebra.
El ultimo de sus ingenios voladores le ha costado nada más y nada menos que 285.000 dolares americanos. Las alas, fabricadas con fibra de carbono, tienen un envergadura de 3 metros y disponen de cuatro pequeños motores a reacción alimentados por queroseno.
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