"Si las políticas sobre drogas, en el futuro, deben ser pragmáticas y no moralistas, motivadas por la ética y no por el dogmatismo, entonces la actual estrategia prohibicionista tendrá que ser abandonada tanto por inoperante como por inmoral y reemplazada por un sistema unificado, basado en la evidencia (tabaco y alcohol) y que se centre en la minimización del daño que sufre la sociedad", indica Brunstrom en su informe que remitirá hoy al Ministerio del Interior británico.
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